skip to content
{ }

Alepruz

/ 3 min read

Table of Contents

m. coloquial. Cundinamarca, Boyacá y Santander (Colombia). Muchacho inquieto.

“Alepruz” fue una de esas palabras que escuché mil veces en mi casa. Mi mamá la usaba cada vez que alguno de sus hijos hacía alguna travesura: romper una matera jugando fútbol, rallar una pared, o simplemente no quedarse quieto ni un segundo. Era su manera cariñosa (aunque con advertencia incluida) de llamarnos la atención.

Por años asumí el significado solo por contexto, hasta que un día me dio curiosidad: ¿la palabra realmente existía o era una de esas expresiones familiares inventadas quién sabe cuándo? Y sí, existe. Es un auténtico colombianismo con historia y con varias acepciones bastante curiosas.

¿Qué significa realmente “alepruz”?

Según el Tesoro de los Diccionarios Históricos de la RAE y otros registros, alepruz puede significar varias cosas:

  • Muchacho inquieto, vivaracho y curioso
  • Pajarraco (un ave grande o de mala reputación)
  • Animal o persona molesta o de baja calaña
  • Polluelo

También existe una variante muy costeña: aleprujo, usada para referirse a “cualquier insecto volátil molesto”, o incluso pulgas o zancudos.

¿Dónde se usa?

Aunque yo la escuché en casa, la palabra está especialmente registrada en:

  • Los Santanderes
  • La costa atlántica
  • Zonas de Boyacá y Cundinamarca

Varios diccionarios regionales la han recogido como parte del español informal de estas regiones.

Un poquito de historia

El primer registro escrito de alepruz aparece en 1940, en el suplemento del diccionario de Samuel Malaret. Luego vuelve a aparecer en recopilaciones de colombianismos de 1953 y 1964. Es decir, no es tan antigua como otras palabras del español, pero sí tiene más trayectoria de lo que muchos pensarían.

¿Y de dónde viene?

Aquí es donde la historia se pone más interesante: nadie sabe con certeza.

Los lingüistas no han podido rastrear una etimología clara. No parece venir del latín ni del griego, ni se conecta fácilmente con otras palabras románicas. Las teorías más probables apuntan a que podría ser:

  • un término de origen indígena,
  • una palabra onomatopéyica,
  • o simplemente una voz popular que se consolidó con el tiempo.

Sea como sea, sobrevivió décadas en el habla cotidiana y llegó hasta nuestros días.

Más que una palabra: identidad

Colombianismos como alepruz hacen parte de ese tesoro lingüístico que el Instituto Caro y Cuervo ha tratado de preservar. Son palabras que no solo describen cosas o personas: cuentan historias, revelan regiones, y traen recuerdos (como a mí, que me transportan directo a mi casa de niño).


Fuentes y referencias

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44