Diferencias de pensamiento entre padres e hijos

En uno de los tantos vuelos que hice en el último mes entre Medellín y Bogotá, fui testigo de una situación que me hizo reflexionar sobre la forma como se ven las cosas desde el punto de vista de padres y como se ven de forma muy diferente desde el punto de vista de los hijos. Esta es la historia…

Una señora iba sentada justo detrás mio en un vuelo Medellín – Bogotá, ambos estamos en puestos del pasillo. Mientras todo el mundo guarda las maletas y se acomodan en sus respectivos asientos, esta señora con una cara de mucha angustia le pide el favor a la persona que va al lado que le regale una llamada en el celular. La señora hace la llamada a alguien y muy angustiada le pregunta a quien contesta que si ha visto a la hija, al parecer quien contesta que es una vecina le dice que no la ha visto pero que seguramente la niña de 7 años esta con alguna amiguita o se quedo jugando, a lo que esta madre angustiada le contesta que la niña no es así, que nunca llega tarde a la casa y que ya la llamo al celular pero no contesta. Esta señora hace una segunda llamada al chofer del transporte que lleva todos los días la niña a la casa y el señor le dice que la dejo en la esquina como siempre lo hace. A estas alturas la puerta del avión ya fue cerrada y esta señora ya llorando de la angustia solo piensa en bajarse de ese avión. Entre sus dos vecinos de puesto la tratan de calmar diciéndole que no piense lo peor que seguramente aprovechando que ella no estaba se había quedado jugando con una amiguita o algo, de todas formas ya no se puede hacer mucho porque el avión cerro las puertas y la alientan a que llame a mas amigas o personas para que la ayuden a ubicar a la niña. Le piden autorización a la azafata para continuar usando el celular y la señora infructuosamente hace otro par de llamadas. Sin saber el paradero de la niña, la señora solo piensa lo peor, que le pudo pasar algo malo, que el barrio no es muy seguro y no se que mas. Hace de nuevo una llamada al conductor del transporte que lleva a la niña a la casa y le pide el favor si puede ir a buscarla y ya no es posible realizar más llamadas porque el vuelo despego y ya no hay señal de celular. No me puedo imaginar la angustia de esta señora y todo lo que pensó en esos 25 minutos que dura el vuelo. Los vecinos de puesto la tratan de calmar, le dicen que tan pronto llegue si no la han ubicado puede conseguir otro vuelo para devolverse y demás. A esta pobre madre angustiada por su hija no le queda mas que esperar, espera que supongo fue un infierno de pensamientos que agravaron la angustia. Pasan los 25 min de vuelo, aterriza el avión y le pasan de nuevo el celular para que llame, inmediatamente llama a la vecina quien le dice que la niña acaba de aparecer, la niña pasa al teléfono y después del regaño la señora se calma un poco y por fin descansa de la preocupación. La niña al parecer acompaño a una amiguita a hacer alguna vuelta y luego si se dirigió a la casa sin pensar que esos minutos adicionales en llegar a casa significarían tan grande angustia a su mama.

Desde el punto de vista de los hijos, los papas solo tratan de controlar lo que hacen a toda hora pensando que harán cosas malas o que se yo, pero desde le punto de vista de los padres, en especial las madres, a estos solo les preocupa que a sus hijos no les pase nada malo y vaya que he visto que es difícil que estos puntos de vista concilien en un punto medio. Ahora viendo a mi hermano con sus dos niños pequeños y varias parejas de amigos que recientemente han sido bendecidos con el nacimiento de sus primogénitos, solo puedo ver las cosas desde mi propia perspectiva esperando que cuando me toque una situación de esas con mis propios hijos sea capaz de manejarla.