Vaya que estoy lento en esto de escribir para el blog por estos días, pero he sacado un tiempo y les quiero contar que hace algunos días aprovechando la visita de mi papa y mi hermano, fuimos a visitar la Catedral de Sal de Zipaquirá. Aunque ya la había visitado tiempo atrás (ver fotos), no había hablado de ella en el blog y les quiero contar la experiencia y mi opinión e invitarlos a visitarla.
La catedral se encuentra en Zipaquirá, ciudad ubicada a unos 50 km de Bogotá y es muy fácil llegar alla, basta con llegar a Zipaquirá y cualquier persona te da razón del lugar exacto de la mina. La catedral nueva fue comenzada a construir en 1991 y terminada e inaugurada en 1995, fue construida debajo de la antigua catedral que fue cerrada en 1990 debido a la falta de seguridad para los visitantes. La catedral constituye patrimonio histórico y cultural de Colombia y forma parte de un complejo temático denominado Parque de la Sal compuesto por:
- La mina
- La catedral de sal
- El museo de la sal
Las tarifas para entrar a la mina y a la catedral son de $12 mil pesos para adultos y $6 mil para niños y adultos mayores de 60 años. El acceso es relativamente fácil aunque es recomendable llevar zapatos cómodos, los descensos no son muy inclinados y hay un parquedero en la parte superior para poder acceder a la mina fácilmente si se tiene dificultad al subir escaleras. No esta permitido entrar trípodes para tomar fotos, algo que es casi indispensable si se quieren tomar fotos a distancia ya que dentro de la mina la luz obviamente es tenue y es difícil hacer buenas fotos, esto es una lastima y no logro entender la razón a no ser que sean razones comerciales ya que se podrían tomar buenas fotos y venderlas.
Al entrar en la mina se encuentran las primeras estaciones del viacrucis a lo largo del túnel que lleva la capilla. En los intermedios es posible ver al final del camino la inmensa cruz en bajo relieve y bellamente iluminada. A lo largo del descenso un guia va contando un poco de historia acerca del túnel y la catedral de sal, algunas cosas no muy verídicas y mas anecdóticas que otra cosa pero interesante al fin y al cabo, muy interesante fue que vi también guias hablando en ingles para los turistas americanos o mejor no hispano parlantes. Una de las afirmaciones que hace sacar pecho a todos los colombianos que visitamos la catedral es que supuestamente es única en el mundo pero leo en wikipedia que existe otra experiencia similar en Wieliczka (Polonia) donde también en una mina de sal se construyo alrededor un museo más no una catedral sino un castillo, de todas maneras es un orgullo nacional y por eso fue catalogada el 1ro de Marzo de 2007 tal como lo muestra una placa a la entrada de la mina, como “La primera Maravilla de Colombia”, definición dada en un concurso del periódico El Tiempo que por votación popular definió las 7 maravillas de Colombia.
En el camino nos encontramos con algunas estatuas de vírgenes, cruces y ángeles relucientes todos esculpidos en roca salina, el aire es frio y salado y escuche a un guia recomendar respirar profundamente ya que el aire salino es “muy sano”. A pesar que el esfuerzo físico no es mucho la altura a la que se encuentra Zipaquirá (cerca de 2600 metros sobre el nivel del mar), hace que el aire escasee y sea necesario un esfuerzo adicional. Al final del camino se encuentra la catedral, con una iluminación muy bonita, y quien quiera asistir a la celebración de la misa puede hacerlo todos los domingos a las 10 de la mañana. Aunque es interesante escuchar las historias relatadas por los guias, es mi opinión que se disfruta mas recorriendo la ruta por cuenta propia y tomándose el tiempo para admirar cada cosa expuesta en la mina.
En la parte de abajo, al nivel de la catedral se encuentra una copia de “La creación de Adan” de Miguel Angel que originalmente se encuentra en la cúpula de la capilla sixtina en Roma, esta bella escultura en mármol realizada por el Maestro Carlos E. Rodríguez no es una copia exacta ya que en la versión de Miguel Angel, los dedos no se tocan, pero aun así es muy bella y muy bien iluminada.
A los lados de la capilla se encuentran unos huecos en la pared que después de detallar descubro que son confesionarios.
Estos confesionarios consisten en un hueco en la pared conformando una silla en la cual el sacerdote se sienta a escuchar la confesión y pegado a este hueco, otros donde se arrodilla el pecador quien habla al sacerdote por un hueco en la pared, bastante curioso.
En realidad es una muy bella obra que les recomiendo visitar.
Enlaces:
http://www.catedraldesal.gov.co/
Blog de Carlos Ardila 
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